lunes, 30 de abril de 2012

Las Reglas del Juego.




Solo se admitirán dos participantes. Una vez inserto en la dinámica de la recreación, las reglas se volverán inapelables por dolores que provoquen; las consecuencias estaban escritas mucho antes de que rueden los dados. Serás un caballero y ocuparás el último lugar de la fila; un peón con ansias de rey y el filo de un alfil, prohibido estará saltearte etapas cual caballo veloz. Tu cara siempre dirá póker, y  no vas a ir esta mano, ni la otra, porque hay muchas apuestas antes que la tuya y todas seguras, mas tendrás miedo a la plena quietud y cada tanto, sin poder negociarlo, tendrás que echar la falta envido aunque tengas dos negras, solo para que el resto entienda que todavía estás ahí. Sonreír está primero y lujos como el despilfarro no figurara en tu léxico diario, aprovecharás cada instante como un preso en libertad condicional y demostrarás pasión, amor y algo de locura, porque de los normales sospechan todos y esta jugada, la tuya, tiene que ser perfecta o de lo contrario la ruleta se frena y la casa pierde, todos ganan. Así también, aceptarás al tiempo inclemente que no pondrá menores reparos: Los días serán largos, grises y fríos en tu soledad. La cuenta regresiva parecerá inalcanzable y cada hora correrá por media. Si superas esta primera etapa, encontraras la siguiente bastante más injusta, pues con los dos participantes brillando en el centro de la escena, el reloj aumentará en forma vertiginosa transformando las horas en minutos, complicando todavía más todas las demás condiciones. Solo puedo asegurarte que aceptando estas reglas, y jugando este juego, te sentirás convencido de que todos esos minutos escasos con la otra participante Valen la pena y te darán los puntos de vida necesarios para enfrentarte a todo lo demás.

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