Te digo demasiado
y me digo para qué,
si nadie nos pone
limites.
Pero sentime un
cachito,
te veo un ratito
y me gustás más
de lo que yo pueda creer.
Y pienso demasiado y después digo,
no pará hermano,
que este amor es un afano
y ahora sonreís más
que lo que supiste
querer.
Un pie pa´ cada lado, esquivando las líneas de las baldosas.
Uno que sigue para adelante y otro que en punta se detiene con ganas de mirar
para atrás, con ganas de volver a enredarse. Mis sueños de regresar a tus
brazos, arcaico intento de reunirse con el fragmento de alma que ahora te
pertenece. Y quizá esta opción sea la
más viable, la más pura e impulsiva, típica hollywoodense, acciones que
enamoran.
Pero carburo demasiado
y mis pies de vos se
siguen alejando,
para quien sabe
cuando,
volverte a ver.
De vez en cuando, entre suspiros, nuestros ojos se
encontraron para discutir en silencio. Debates interminables que se interrumpen
en besos largos, porque ninguno de los dos se presta a dar el brazo a torcer.
Entre arañazos y otras yerbas,
a veces se descorchaba
un Te Amo,
que yo expando en demasiado.
Palabra vacía e inconclusa,
quererte así es un regalo
que no creo merecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!