viernes, 6 de abril de 2012

Demasiado


Te digo demasiado y me digo para qué,
 si nadie nos pone limites.
 Pero sentime un cachito,
te veo un ratito
 y me gustás más
de lo que yo pueda creer.
 Y pienso demasiado y después digo,
 no pará hermano,
que este amor es un afano
 y ahora sonreís más
 que lo que supiste querer.

Un pie pa´ cada lado, esquivando las líneas de las baldosas. Uno que sigue para adelante y otro que en punta se detiene con ganas de mirar para atrás, con ganas de volver a enredarse. Mis sueños de regresar a tus brazos, arcaico intento de reunirse con el fragmento de alma que ahora te pertenece.  Y quizá esta opción sea la más viable, la más pura e impulsiva, típica hollywoodense, acciones que enamoran.

Pero carburo demasiado
 y mis pies de vos se siguen alejando,
 para quien sabe cuando,
 volverte a ver.

De vez en cuando, entre suspiros, nuestros ojos se encontraron para discutir en silencio. Debates interminables que se interrumpen en besos largos, porque ninguno de los dos se presta a dar el brazo a torcer. 

Entre arañazos y otras yerbas,
 a veces se descorchaba un Te Amo,
 que yo expando en demasiado.
Palabra vacía e inconclusa,
quererte así es un regalo
 que no creo merecer.

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