martes, 2 de diciembre de 2014

Todos progresan menos vos





Ya lo sé. Si, te dije que sí, no me hinches las bolas. Ya sé que hace un año que vengo llenando el vacío existencial con la tarjeta, que querés que haga. Una mina las pelotas, que me compro cosas útiles y para todos che, pará. No, no estoy diciendo eso. Se pueden comprar lo que quieran con su plata y está bien. ¿Qué significa para vos Dejame de hinchar las pelotas?

Que se yo porque se dio así. Pasó y punto. A otra cosa. No, no creo que me haya convertido en un materialista de mierda. Ja, un soñador! esa es buena, pero volvería John Lennon y nos re cagaría a trompadas a todos. Y encima le tendríamos que pedir una foto después. Na, deja. Dejame no etiquetarme que no tengo ganas de ser nada en particular. Si ya soy. Un boludo soy. Un boludo que este año se fue al mazo que se yo cuantas veces, mirá.

¿Sabes que es lo peor de todo? Que a conciencia y todo, pienso en pelotudeces, todo el día. Pero fuerte eh. Veo una revista y en diez minutos me compré virtualmente un revistero mientras diseño a mi gusto la pieza que no tengo de la casa que no existe ni estoy cerca de comprar. Y escucháte esta boludez: ¡Pienso en un garaje con dos autos! ¡Sí, Dos! Reite de esta, pelotudo. Reite que así son todos los días. Los mios, digo.

Claro, si son cosas sanas, que va. Que está bueno ser ambicioso y toda esa mierda optimista que parece sacada de un libro de Ari Paluch, donde mezclas sin culpas la espiritualidad y el  pseudo progresismo, mientras el mundo se va la recontra mierda. Total, yo este año progresé un montón: Tengo un celular re copado ahora. No sabés, me dice que estoy gordo y me marca cuantos minutos me faltan para llegar al trabajo. No, sí está bárbaro el bicho ese…

¿Qué cuanto aprendí este año? Te soy sincero, no aprendí mucho. La facultad la deje ahí, bien gracias, voy los jueves. Está allá en 63. Los Quasis siguen siendo los quasis, todo bien con ellos. Con Valentina todo bien, sobre ruedas, que hablamos de vivir juntos y todo. Sí, jaja, siempre termino en lo de arriba, que boludón. Mis conocimientos: Ahí están, en zona de descenso. Porcentaje de la carrera hecha: Se murió Chespirito, bajón.

Que actorazo Roberto Gómez Bolaños. Me acuerdo del abuelo mirándolo y me emociono. Que genio el Chavo. Cincuentipico de pirulos y me hace creer que tiene ocho, desde hace 24. Me entero de su muerte y me doy cuenta que esta vez es verdad porque lo siento, se percibe en la oficina en la que estoy sólo. Lloro un poco, claro. Después otro tanto. Leo por ahí que en el mismo país llevan casi un mes desaparecidos 43 estudiantes, que dejemos de llorar por el Chómpiras y siento que tienen razón, en parte. Deberíamos poder llorar por todo. Pero no me siento mejor, ni me siento conmovido como ante la perdida del Chapulín. Que hijo de puta, me digo. Y nada más.

Creo que no hay nada más desilusionante que ser un boludo conciente. Debe ser feo ser un cornudo conciente, un enfermo terminal conciente, o un ladrón conciente. Pero ser un boludo… ¿Qué hacemos con el orgullo después? ¿A quién le vamos a ganar?

Nos fumamos el último pucho del 2014 y ya siento que brindar por un 2015 mejor va a ser al pedo. ¿Pesimismo existencial? No, realismo simple, muchachada. Este año que pasó no me deja nada o me deja poco. No, nada. En lo que realmente importa, no mejoré en nada, la verdad. Soy una mala versión de mi mismo en 2013 con un celular mejor, prácticamente las mismas materias aprobadas y unos kilos de más.. Con casi dos años menos en una cuenta regresiva que no murió en 23, al final.

Ya fue. Ya hicimos el descargo público. Puteamos a Renault, ya que es gratis: La concha de tu madre, francés hijo de puta! Me encantaría seguir explayandome, pero me acaba de llegar una revista de Garbarino y me quedo sin tiempo. Ya es dos de diciembre del dosmilcatorce. Es tiempo de apostar fuerte.

 Tengo que ver que voy a comprar esta navidad.