Los tímidos tienen miedo antes del peligro; los cobardes, durante el mismo; los valientes, después.
Lo primero que siento cuando te veo es miedo y entiendo la confusión que te genera, tu cara de incredulidad como diciendo “¿Yo? Si soy re dulce” y estarías diciendo la verdad, una vez más y yo estaría solo con lo que siento. Entonces tendría que hacer un esfuerzo para explicarte que esa sensación de que algo se vacía dentro de mi estomago, que todo se contrae e intenta esconderse detrás de mis costillas, para algunos se llama mariposas en la panza, pero yo le digo miedo, porque es lo primero que me viene a la mente. Pánico. Pero entonces me doy cuenta que no quiero correr, ni me quiero escapar, porque la acción inmediata a todo el sentimiento es irte al choque y rodearte en un abrazo, fuerte, urgido. Entonces me doy cuenta que es miedo lo que siento. Y entonces, cuando dejo que tus brazos excedan mis hombros y yo te cubro con los míos, con fuerza, me surge otro terror. Porque sos tan chiquita, tan frágil, tan muñequita y yo te quiero tanto, que tengo miedo de romperte, de demostrar más de lo necesario y que terminemos uno dentro de otro después de tanta presión. Y me alejo, por miedo a lastimarte pero no mucho, por miedo a perderte, y entonces me veo en tus ojos y me acerco de nuevo, por un beso, a veces suave, otras más desesperado y en ocasiones tan ansiado que tengo miedo de desintegrarme. Entonces regulo fuerzas, en pos de más ternura. Pero de repente vos das un giro y tomas el control de las cosas. Y ahora sos vos la que está besándome y soy yo el que tiene miedo de no poder parar nunca más, de que ese beso se perpetúe para siempre mientras el mundo sigue con su vida. Y tengo miedo de que pienses que me desagrada la idea, pero no, que como no voy a querer, pero es que tengo otros proyectos que nos involucran y tengo miedo de que si nos besamos para siempre dejemos pasar esas oportunidades, y a veces también tengo miedo de que pienses que en mi cabeza no están esos proyectos y pienses mal de mi y te aburras, porque también tengo ese miedo, de que un día te des cuenta que juntos somos desparejos y no porque vos seas bajita y yo sea un poco más alto (no sea cosa que tenga miedo de que pienses eso y te enojes) sino porque vos sos linda y yo soy esta cosa. Pero entonces nos alejamos un momento y caminamos en silencio, de la mano. Y vos me mordés y me preguntas porque estoy tan serio y a mi me encantaría decirte que es porque tengo miedo de que el tiempo pase volando cuando estamos juntos, pero no puedo, porque ya me estas besando de nuevo.
Es tuyo el texto, ¿no? :)
ResponderEliminarSi Dra.-
ResponderEliminarAl principio también tuve miedo. No podía dejarme disfrutar completamente de todo lo que me estaba empezando a pasar, porque, en mi caso, volvían a mi memoria recuerdos que me impedían hacerlo.
ResponderEliminarDespués de cuatro años, y a pesar de todos mis tropezones, acá estoy, con él agarrandome todavía la mano, sin dar el brazo a torcer.
No podés creerlo! Yo todavía tampoco, jajaja, pero disfrutá, seguí disfrutando cada segundo, porque es hermoso :).
Una vez más: felicidades, gordo!! Un abrazo.